The Washington PostDemocracy Dies in Darkness

Biden enviará vacunas excedentes a México, mientras Estados Unidos busca ayuda para controlar la inmigración

March 19, 2021 at 1:51 p.m. EDT
Un grupo de migrantes cruza la frontera hacia El Paso, Texas, en Estados Unidos, visto desde Ciudad Juárez, México, el 17 de marzo de 2021. (Paul Ratje/REUTERS)

El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha acordado suministrarle a México dosis excedentes de la vacuna contra el coronavirus, mientras México se moviliza para ayudar a Estados Unidos a contener un aumento de la migración en su frontera sur, según altos funcionarios de ambos países involucrados en las conversaciones.

Se espera que la decisión de enviar la vacuna AstraZeneca a México, y a Canadá, se anuncie hoy viernes 19 de marzo. En conversaciones recientes, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el primer ministro canadiense Justin Trudeau le habían solicitado al presidente Biden que los ayudara a cubrir la escasez de vacunas.

Recibe noticias y columnas de opinión en español en nuestro boletín

Los funcionarios mexicanos y estadounidenses que describieron el acuerdo aseguraron que no se trata de un quid pro quo que condiciona la entrega de vacunas a la aplicación de medidas severas. En cambio, Estados Unidos dejó claro que buscó la ayuda de México para manejar una afluencia récord de adolescentes y niños centroamericanos. México se comprometió a acoger a más familias centroamericanas “expulsadas” por una orden de emergencia de salud de Estados Unidos, mientras al mismo tiempo instó a Biden a compartir el suministro de vacunas de Estados Unidos, dijeron los funcionarios, quienes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados para discutir las conversaciones.

“Nuestra principal prioridad sigue siendo vacunar a la población estadounidense, pero la realidad es que este virus no conoce fronteras, por lo que garantizar que nuestros vecinos puedan contener el virus es fundamental para proteger la seguridad sanitaria y económica de los estadounidenses y detener la propagación del COVID-19 en todo el mundo”, afirmó un funcionario de la Casa Blanca.

Read in English: Biden will send Mexico surplus vaccine, as U.S. seeks help on immigration enforcement

Aunque advirtió que el plan “aún no estaba completamente finalizado”, ya que se estaban afinando los detalles con AstraZeneca, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, le dijo a los periodistas que de los 7 millones de dosis “accesibles” de la vacuna en las reservas del gobierno, el plan es enviar 2.5 millones a México y 1.5 millones a Canadá. El reembolso del “préstamo”, dijo, “podrían ser dosis futuras de AstraZeneca u otras dosis”.

El jueves 18 de marzo, luego de la publicación de este artículo, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, confirmó que México recibiría vacunas de Estados Unidos. “Me consultan si es veraz que hay un acuerdo de vacunas con Estados Unidos en seguimiento a la conversación entre los presidentes López Obrador y Biden. Sí, es correcta la información. Mañana a las 9 a. m. les doy los detalles porque todavía estamos trabajando en ello. ¡Buenas noticias!”, escribió en un tuit.

México anunció el 18 de marzo que cerrará sus fronteras sur y norte a los viajes no esenciales debido a la pandemia. Si bien Estados Unidos ha mantenido cerrada su frontera con México a los viajes no esenciales durante casi toda la pandemia, el cierre de la frontera sur de México parece ser en parte un intento por obstaculizar la migración desde Centroamérica.

La solicitud de una mayor cooperación en materia de migración encaja con un patrón cada vez más frecuente en el que Estados Unidos recurre al gobierno mexicano para que lo ayude a aplicar la ley durante momentos de crisis.

En las últimas semanas, México ha organizado y promocionado un conjunto de operaciones contra la inmigración, principalmente en su frontera sur con Guatemala. La Guardia Nacional de México ha allanado los trenes que van en dirección norte utilizados por los adolescentes centroamericanos para viajar a la frontera con Estados Unidos; ha detenido a migrantes con documentos falsificados de las Naciones Unidas; y retenido migrantes hacinados en remolques.

The European Medicines Agency on March 18 said the benefits of the vaccine far outweighed the risks, while adding it can't rule out a link to rare blood clots. (Video: Joshua Carroll/The Washington Post)

Este tipo de operaciones no son nuevas en México, pero se han incrementado en las últimas semanas, según funcionarios y exfuncionarios mexicanos, ya que el número de migrantes centroamericanos que pasa por el país ha crecido. Los funcionarios mexicanos han dicho que sus medidas de control migratorio se han realizado de forma independiente de Estados Unidos, con el objetivo de aplicar sus propias leyes reguladoras del tránsito de migrantes.

Se espera que en los próximos días se anuncie un conjunto de acciones mexicanas más visibles de control migratorio, según funcionarios y exfuncionarios mexicanos.

“Parece que lo que vamos a ver en los próximos días es la reactivación del control migratorio mexicano que Trump negoció y presionó en 2019. Pero al parecer el nuevo acuerdo es con el gobierno de Biden, y es una reacción al aumento del flujo migratorio”, dijo Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración de México, que renunció en 2019.

Las nuevas medidas de control consistirán en parte en un mayor despliegue de efectivos de la Guardia Nacional de México y —a diferencia de las redadas a los trenes— se centrarán más en los migrantes que viajan con contrabandistas, a menudo en vehículos privados.

Roberto Velasco, encargado de los asuntos de América del Norte de la secretaría de Relaciones Exteriores de México, afirmó que los dos países “comparten los objetivos comunes de atender las causas estructurales de la migración en el sur de México y el norte de Centroamérica, y de la lucha contra el COVID-19”.

“Por un lado, ambos gobiernos cooperan sobre la base de un sistema migratorio ordenado, seguro y regularizado”, aseguró Velasco en una entrevista. “Por otro lado, nuestros gobiernos trabajan juntos en la lucha contra el COVID-19, desde la regulación de nuestras cadenas de suministro hasta la implementación de ensayos clínicos de vacunas contra el COVID-19 tanto en México como en Estados Unidos”.

“Sin embargo, estos son dos temas distintos. Buscamos tener un sistema migratorio más humano y mejorar la cooperación contra el COVID-19, para beneficio de nuestros dos países y la región”, dijo.

‘Negociación paralela’

Biden dijo el 16 de marzo que su gobierno estaba “conversando con varios países” sobre las dosis almacenadas del producto de AstraZeneca desarrollado por el Reino Unido, que no ha sido aprobado para su uso en Estados Unidos. También han llegado peticiones desde Europa.

La clave de la decisión, según los funcionarios estadounidenses, fue determinar primero si había suficientes dosis de vacuna para satisfacer todas las necesidades estadounidenses. Eso se confirmó la semana pasada, tras la aprobación por parte de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) de una tercera vacuna, creada por Johnson & Johnson, además de las producidas por Pfizer-BioNTech y Moderna.

Estados Unidos está muy por delante de prácticamente todos los demás países en el número total de fallecidos por COVID-19, pero ahora también encabeza la lista de distribución de vacunas. Biden dijo la semana pasada que para el 1 de mayo todos los estadounidenses mayores de 18 años podrán tener acceso a la vacuna.

En las últimas semanas, Ebrard ha trabajado en estrecha colaboración con el secretario de Estado Antony Blinken, así como con Roberta Jacobson, exembajadora de Estados Unidos en México, a quien Biden nombró como coordinadora para asuntos de la frontera sur, afirmaron funcionarios de ambos países.

“No es un quid pro quo, es una negociación paralela”, aseguró un alto diplomático mexicano que no estaba autorizado para hablar sobre las conversaciones. “Si no hay una campaña de vacunación masiva en México, será más difícil abrir la frontera a actividades no esenciales. Por lo tanto, la vacunación en México beneficia a Estados Unidos”.

De forma similar, agregó el diplomático, “si la migración está bajo control, disminuye la imagen de una crisis y se facilita la aprobación de reformas migratorias clave para ambos países”.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dejó entrever una posible ayuda de México en un comunicado emitido el 16 de marzo. “Estamos trabajando con México para aumentar su capacidad para recibir familias expulsadas”, dijo, sin entrar en detalles, mientras al mismo tiempo advirtió que Estados Unidos va “rumbo a encontrar la mayor cantidad de individuos en la frontera suroeste en los últimos 20 años”.

Los funcionarios mexicanos le han notificado al gobierno de Biden que están dispuestos a alterar o posponer la implementación de una ley aprobada en noviembre que limita su capacidad para detener a menores de edad.

Los funcionarios mexicanos citaron esa ley a finales de enero cuando dejaron de recibir a algunos grupos familiares que Estados Unidos buscaba regresar al otro lado de la frontera utilizando la potestad de salud pública conocida como Título 42, implementada por Trump en marzo del año pasado.

La ley exige que los niños sean retenidos en refugios apropiados para las familias. Los funcionarios mexicanos le informaron a las autoridades estadounidenses que esas instalaciones ya estaban en su máxima capacidad en el estado norteño de Tamaulipas, frente al sur de Texas, y que ya no podía recibir a más padres con niños pequeños.

Como resultado, el gobierno de Biden comenzó a liberar a las familias, y en poco tiempo se corrió la voz de que los padres con niños pequeños que cruzaban hacia el Valle del Río Grande estaban siendo aceptados en Estados Unidos. Según los datos más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, el número de migrantes que llegan como parte de grupos familiares va rumbo a alcanzar los 40,000 este mes, un incremento de casi 10 veces desde diciembre.

López Obrador le dijo la semana pasada a un grupo de periodistas que muchos centroamericanos ven a Biden como el “presidente migrante” que les permitirá cumplir sus sueños de llegar a Estados Unidos.

Durante las conversaciones con el equipo de Biden, los funcionarios mexicanos exhortaron a los estadounidenses a realizar declaraciones disuasivas más contundentes para desmotivar a los centroamericanos de intentar realizar el viaje hacia el norte. Ambas partes están de acuerdo en que existen límites para lo que México puede hacer al respecto, y que Estados Unidos puede mejorar sus comunicaciones para disuadir a los

migrantes.

Un mayor control por parte de México solo reduciría el volumen actual de migración en aproximadamente un tercio, según un exfuncionario estadounidense con conocimiento del acuerdo. El acuerdo de México de aceptar más familias tiene el potencial de tener mayor impacto, dijo el exfuncionario, porque posiblemente aliviaría la presión sobre los agentes estadounidenses, quienes en la actualidad están teniendo dificultades ya que familias con niños pequeños están llegando en grupos de 100 o más, de forma similar a la oleada de 2018-2019.

En el peor momento de esa crisis, cuando una cantidad récord de familias centroamericanas cruzó la frontera, Trump arremetió contra el gobierno mexicano con amenazas arancelarias, obligando a López Obrador a lanzar una ofensiva militar con las fuerzas de la Guardia Nacional.

México también acordó realizar una notable expansión de la política de “Permanecer en México”, lo que le permitió a Estados Unidos enviar a más de 70,000 solicitantes de asilo al otro lado de la frontera para que esperaran fuera del territorio estadounidense mientras sus casos de asilo estaban pendientes.

Funcionarios de ambos países han destacado los objetivos compartidos de López Obrador y Biden de abordar las “causas estructurales” de la migración, alentando la generación de empleos en Centroamérica. Biden ha anunciado un plan de 4,000 millones de dólares para trabajar junto a México en el desarrollo de la región, así como esfuerzos para asentar a los solicitantes de asilo en otras naciones más cercanas a sus países de origen con la ayuda de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

‘Préstamo’ de vacunas

Varios países europeos suspendieron el uso de la vacuna AstraZeneca, luego de que un puñado de receptores informaran tener efectos adversos, como coágulos de sangre. La Agencia Europea de Medicamentos, que ha estado evaluando los informes, afirmó el 18 de marzo que la vacuna era segura y efectiva, aunque no descartó un vínculo entre la vacuna y los extraños coágulos de sangre, de los cuales dijo deberían incluirse en la información de AstraZeneca. La FDA está esperando los datos resultantes de un gran ensayo de 32,000 personas antes de decidir si aprobar o no su uso en Estados Unidos.

El gobierno de Trump firmó un contrato por 300 millones de dosis en mayo de 2020.

Bajo un acuerdo contractual con AstraZeneca, Estados Unidos ha solicitado oficialmente permiso para enviar a México y Canadá dosis que ya ha comprado. Se espera una rápida autorización.

Antes de que surgieran las preocupaciones por su seguridad, los gobiernos europeos también le habían solicitado al gobierno estadounidense que les proporcionara el excedente de dosis de AstraZeneca. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses afirmaron que México y Canadá, ambos países con fronteras con Estados Unidos, repuntes de casos de COVID-19 y problemas con el retraso en la entrega de la vacuna, tienen tiempo en el tope de la lista de prioridades.

Ninguno de los dos países produce su propia vacuna. México ya ha recibido vacunas de China, Rusia e India. Debido a los retrasos en las entregas de Pfizer, López Obrador le solicitó a Biden lo que denominó un “préstamo” de vacunas AstraZeneca, cuando ambos líderes sostuvieron una reunión virtual el 1 de marzo.

“Estamos esperando la ayuda, el apoyo, la solidaridad del gobierno de Estados Unidos”, dijo el líder mexicano en una conferencia de prensa esta semana. México ha tenido más de dos millones de casos del virus y cerca de 200,000 muertes. Ebrard le dijo a los periodistas que durante las conversaciones con los funcionarios estadounidenses, “Solicitamos el mayor número posible y la respuesta la tendremos el viernes”.

Blinken ha estado en contacto casi permanente con Ebrard, quizás más que con cualquier otro homólogo. Los funcionarios afirmaron que el gobierno se ha visto gratamente sorprendido por la receptividad de México hasta el momento, según funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato sobre la delicada labor diplomática. El gobierno estadounidense había sentido cierta inquietud sobre su relación con López Obrador, un líder populista que desarrolló lazos cordiales con Trump.

Pero al parecer, Biden lo contactó con un espíritu de cooperación y el reconocimiento de que los problemas compartidos tienen que superarse juntos. En particular, el incipiente gobierno de Biden se enfrentó casi de inmediato a una nueva oleada de familias inmigrantes y jóvenes que cruzan la frontera, muchos de ellos atraídos por sus medidas iniciales para revertir las draconianas políticas migratorias de Trump.

“Existe una larga y complicada historia entre nuestras naciones, y no siempre hemos sido vecinos perfectos con el otro”, dijo Biden en declaraciones con el presidente mexicano previas a su reunión. “Pero hemos sido testigos una y otra vez del poder y la determinación que tenemos cuando cooperamos. Estamos más seguros cuando trabajamos juntos, ya sea para afrontar los desafíos de nuestra frontera compartida o para controlar esta pandemia”.

Escucha el pódcast El Washington Post para conocer las últimas noticias en español

México y Canadá son los dos socios comerciales más grandes de Estados Unidos, y las relaciones económicas se han visto gravemente afectadas por los cierres fronterizos relacionados con el COVID-19, además de la situación migratoria.

Desde la reunión virtual de Biden a finales del mes pasado con Trudeau, los secretarios del gobierno de Estados Unidos han conversado regularmente con los ministros canadienses, ya que ambas partes están buscando reparar la tensa relación que tuvieron bajo el gobierno de Trump. Cuando hace un año el COVID-19 comenzó a crecer de manera exponencial en Estados Unidos, Canadá cerró su frontera para todo excepto para viajes y comercio esencial con Estados Unidos.

Francois-Phillippe Champagne, ministro de Innovación, Ciencia e Industria de Canadá, dijo que había vuelto a plantear el tema de las vacunas esta semana durante una conversación con la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

La vacunación, dijo Champagne en una entrevista con The Canadian Press, “es la mejor manera de garantizar la salud y la seguridad de las personas y, al final, lograr estar en condiciones de reabrir la economía”.

“Creo que lo que estamos experimentando es un sentido o espíritu renovado de cooperación y colaboración para proteger la salud y la seguridad de las personas en ambos países, pero también para fomentar empleos y el crecimiento económico en ambos lados de la frontera”, afirmó.

Sieff reportó desde Ciudad de México.

Leer más:

El plan de inmigración de Biden es ambicioso, pero un gran problema exige un gran plan

El embajador de Biden en México enfrentará desafíos complejos y una relación ya de por sí difícil

Biden y México deben trabajar juntos para ayudar a los migrantes. Así pueden empezar.

El gobierno mexicano, entre la incompetencia y la adicción a la mentira

Los vacunados necesitan saber qué pueden hacer de forma segura

La estrategia de vacunación contra COVID-19 en México es muy lenta. El gobierno debe apresurarla.